Árboles del Paraíso, de Lucas Cranach el Viejo.
- Hechos o información adquiridos por una persona a través de la experiencia o la educación, la comprensión teórica o práctica de un asunto referente a la realidad.
- Lo que se adquiere como contenido intelectual relativo a un campo determinado o a la totalidad del universo.
- Conciencia o familiaridad adquirida por la experiencia de un hecho o situación.
- Representa toda certidumbre cognitiva mensurable según la respuesta a «¿por qué?», «¿cómo?», «¿cuándo?» y «¿dónde?».
No existe una única definición de «conocimiento».
Sin embargo existen muchas perspectivas
desde las que se puede considerar el conocimiento;
siendo la consideración de su función y fundamento,
un problema histórico de la reflexión filosófica y de la ciencia.
La rama de la filosofía que estudia o que relaciona el conocimiento
es la epistemología o teoría del conocimiento.
La teoría del conocimiento estudia las posibles formas de relación entre el sujeto y el objeto.
Se trata por lo tanto del estudio de la función del entendimiento propio de la persona.
Hacia una delimitación del concepto
La tradición
Tradicionalmente, se ha presentado el conocimiento como algo específico del ser humano
que se adquiere o se relaciona con la “creencia”
en la existencia del alma racional que hace posible intuir la realidad como verdad.
Se consideraba que el conocimiento responde a las facultades intelectivas del alma
conforme a los tres grados de perfección de las mismas:
alma como principio de vida y automovimiento vegetativo,
alma sensitiva o animal y alma humana o racional.
Según estos postulados todos los seres vivos adquieren
información de su entorno por medio de sus facultades o funciones del alma:
- Vegetativa en los vegetales para realizar las funciones mínimas vitales de manera innata, nutrición y crecimiento, reproducción y muerte.
- Sensitiva, en los animales que produce adaptación y automovimiento local e incluye las facultades anteriores. En el grado de perfección superior aparece la memoria, aprendizaje y experiencia, pero en su grado no se puede llegar al "verdadero conocimiento" de la realidad.
- Racional en el ser humano que, además de las funciones anteriores, produce el conocimiento por conceptos que hace posible el lenguaje y la conciencia de la verdad.
no tienen conocimiento ni información alguna acerca del entorno,
como seres completamente pasivos,
solamente sometidos a la causalidad mecánica material.
La experiencia, que es común con los animales dotados de memoria,
no ofrece aún una garantía de verdad porque:
- Es un conocimiento subjetivo de quien tiene la experiencia sensible; que es válido solo para quien lo experimenta y solo en el momento en que lo experimenta.
- Ofrece solamente una verdad momentánea, cambiante, y referente a un único caso. Retenida en la memoria, solamente es capaz de aportar un contenido de verdad probable, por analogía, basándose en la semejanza de los casos y situaciones, como inducción.
- Es propio únicamente del ser humano gracias a la facultad del entendimiento.
- Por ser los conceptos inmateriales, independientes de las causas materiales de la experiencia, constituyen una prueba evidente de la existencia del alma racional lo que hace al ser humano un "ser espiritual" en cierto modo independiente de lo material.
- Su verdad no depende de las circunstancias porque su actividad intuitiva penetra y conoce la realidad como tal, la esencia de las cosas y por ello es posible la ciencia.
entendimiento agente según Aristóteles,
es intuitivo y penetra en la esencia de las cosas
a partir de la experiencia mediante un proceso de abstracción.
En cuanto a la acción, frente a las meras emociones y sentimientos,
que son pasiones porque en estos estados el alma es pasiva,
se encuentra la facultad de la voluntad
que permite controlar las pasiones y dirigir una acción propia,
como libertad que no depende de las causas materiales de la experiencia.
Tanto el entendimiento como la voluntad
se consideran facultades activas del alma específica humana,
independiente de la acción de las causas materiales.
Tanto el conocimiento sensible
(experiencia como conocimiento de percepciones almacenadas en la memoria)
como la motivación (los afectos o sentimientos considerados como pasiones)
se consideraban fruto de la acción material del entorno sobre el alma,
(el alma recibe pasivamente estos datos de información),
mientras que la conceptualización y la acción libre
es fruto de la acción inmaterial propia del "alma racional humana";
esto es posible porque el alma es espiritual e independiente de lo material.
Esta concepción está en la actualidad completamente fuera del campo de la ciencia;
pero sigue teniendo una gran influencia social y cultural
por medio de las creencias religiosas.
En la actualidad
Una actividad esencial de todo individuo en su relación con su entorno
es captar o procesar información acerca de lo que lo rodea.
Este principio fundamental sitúa la actividad humana del conocer
en un ámbito general propio de todos los seres de la naturaleza.
El conocimiento, para el caso del ser humano,
consiste en su actividad relativa al entorno
que le permite existir y mantenerse y desarrollarse en su existencia.
El caso específico humano incluye lo social y lo cultural.
Tan fundamental es esta actividad en la vida
que todos "sabemos" lo que es el conocer y el conocimiento,
con tal de que no tengamos que explicarlo.
Tal es la situación que ocurre con
casi todos los conceptos verdaderamente importantes:
la palabra es perfectamente conocida
y su uso perfectamente dominado.
Pero la palabra tiene una amplitud tan grande
y su uso unos contextos tan variados que el concepto,
tan rico y lleno de matices, resulta muy difícil de comprender y explicar.
Por lo que siguen existiendo numerosas teorías que intentan comprenderlo y explicarlo.
Hoy día la ciencia habla de cognición o actividades cognitivas
como un conjunto de acciones y relaciones complejas
dentro de un sistema complejo cuyo resultado es lo que consideramos conocimiento.
La
adquisición de conocimiento implica procesos cognitivos complejos:
motivación, emociones
percepción, sensaciones
tendencia, aprendizaje
conceptualización
palabra, lengua y lenguaje
|
endoculturación
socialización
comunicación
asociación, inducción
razonamiento, deducción
|
Conocer y saber
Diferenciamos, de un modo técnico y formalizado los conceptos de conocer y saber,
por más que, en el lenguaje ordinario, se usen a veces como sinónimos, otras veces no.
Conocer, y su producto el conocimiento, va ligado a una evidencia
que consiste en la creencia basada en la experiencia y la memoria
y es algo común en la evolución de los seres naturales concebidos como sistemas,
a partir de los animales superiores.
Saber, por su parte requiere, además de lo anterior,
una justificación fundamental;
es decir un engarce en un sistema coherente de significado y de sentido,
fundado en lo real y comprendido como realidad;
más allá del conocimiento del objeto en el momento presente
como si fuera definitivo y completo.
Un sistema que constituye un mundo
y hace de este hecho de experiencia algo con entidad consistente.
Un conjunto de razones y otros hechos independientes de mi experiencia que,
por un lado, ofrecen un "saber qué" es lo percibido como verdad
y, por otro lado, orientan y definen la conducta,
como un "saber hacer" como respuesta adecuada
y una valoración de todo ello respecto a lo bueno.
Continará...
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